El pasado viernes, día 28, fue fiesta en Vigo. Se celebraba ese día y durante este fin de semana la Fiesta de la Reconquista. Un 28 de marzo de 1809, hace 199 años, Vigo, al igual que media España, estaba ocupada por la tropas de Napoleón que entraron en la Villa el 31 de enero de ese año.
Las tropas napoleónicas querían utilizar Vigo como vía para invadir nuestros vecinos portugueses, por lo que pronto se unieron más tropas a los invasores. El Mariscal Stoult marchó el 15 de febrero a Portugal a tal fin.
La resistencia viguesa decidió, aprovechando ésto, coordinar fuerzas con gente de fuera, como Caetano Parada, alcalde de la entonces Villa de Bouzas (hoy, una parroquia viguesa).
A principios de marzo, Vigo es sometida a un asedio de las tropas que quedaron en la plaza, por lo que crece el descontento popular al aumentar el hambre entre sus habitantes. Los franceses acceden abrir las puertas de la fortificación a determinadas horas del día, lo que se aprovecha para conspirar en contra de los invasores, lo que causa una bajada de la moral de las tropas de Napoleón.
Finalmente, la madrugada del 27 al 28 de marzo, las fuerzas que están «extra-muros» deciden entrar dentro de la Villa al asalto, con apoyo de los vigueses desde dentro: la leyenda dice que «Carolo«, un marinero vigués, intenta romper la Puerta de la Gamboa y es abatido por los franceses; acto seguido «Cachamuiña» recoge el hacha para rematar la faena y entrar en Vigo al asalto. «Cachamuiña» es el sobrenombre del capitán Bernardo González del Valle y hace referencia a la aldea ourensana de igual nombre, de donde era originario.
Los franceses finalmente se rindieron. Pablo Morillo será quien acepte la rendición francesa. Para Vigo representó la adquisición del título real de «Ciudad» con los atributos de «Leal y Valerosa» (el «Siempre Benéfica» que lleva el escudo lo ganó en 1898 con la recepción en el puerto vigués de los repatriados de la Guerra de Cuba).
Hoy, es una jornada festiva, en el que se hace una representación en las calles del Vigo Viejo de la batalla. Se llevan vestidos de la época. Se montan mercadillos callejeros en la Plaza de la Constitución y en un lateral de la Iglesia de Santiago el Mayor.
El mismo día de la efeméride, el Alcalde de Vigo, junto con otras autoridades, lee un pregón en la Plaza de la Independiencia, junto al monumento que conmemora la liberación de la ciudad. Se entregan las medallas a los «Vigueses Distinguidos» a personas o instituciones vinculados a la ciudad que sean poseedores de méritos para tal distinción.
En fin, una oportunidad para concoer la ciudad en un ambiente totalmente festivo, con permiso de la lluvia, claro.